lunes, 4 de mayo de 2015

El olvido de las cabinas telefónicas

Hoy os traigo la historia de las cabinas telefónicas. Un medio de comunicación obsoleto pero que marcó nuestra adolescencia, al menos la mía.

Cuando aún las tecnologías estaban en crecimiento y no todo el mundo tenía móvil, la única opción que nos quedaba era echar unas monedas en una máquina para poder llamar y comunicarnos, pero ¿cómo surgieron? William Gray y una urgencia médica de su esposa tuvo la respuesta.

Necesitaba contactar con el servicio médico, pero no disponía de servicio telefónico y carecía de teléfono en su hogar, así es que tuvo que buscar la forma de comunicarse en varios establecimientos para efectuar la llamada. Al encontrarse con tanta dificultad para poder realizarla, le hizo pensar en la idea de crear un teléfono público.

Después de varios intentos, en 1889 se instaló el primer teléfono público en un banco de Hartford(Connecticut), y fue tan exitoso el resultado, que se empezaron a instalar en las principales calles de las ciudades.

Víctimas del teléfono móvil, ya casi nadie demanda sus servicios hoy. Hay que echar la mirada hacia atrás en el tiempo de la peseta para saber cuándo fue la última vez que utilizaste una cabina y para imaginarse sin un móvil en el bolsillo. La gente ya no las necesita y su presencia en las calles solo sugiere indiferencia y poca nostalgia.

En nuestro país hay más de 35.000 cabinas callejeras, pero no todas funcionan. Se dice que se analizará la caducidad del Servicio Universal para que dejen de existir para 2016, algo nada beneficioso para Telefónica, pero a la empresa no le queda de otra que ceder por el cumplimiento de la ley.


No hay ninguna empresa que compita con ella en este campo, pero las multitudinarias aperturas de locutorios en las ciudades de grandes densidades de inmigrantes también ha sido un factor negativo para hacerse a la idea de que este medio de comunicación va a desaparecer.



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