martes, 26 de mayo de 2015

La piscina del desastre

Intentamos hacer pie en la piscina del desastre mientras que todo a nuestro alrededor cambia o simplemente se hunde.

Seguimos esperando que algo que nos saque la piel de nuestro huesos, cuando en realidad sólo nos rodeamos de negativas consoladoras, de esperanzadas apresuradas y de límites infranqueables que no nos permitimos pasar.


¿Por qué nos aferramos a lo conocido?

Por comodidad. Por excusa. Por cariño. Por miedo.

Y sin saber nadar, nos codeamos entre tiburones que te sonríen sin piedad esperando el ataque perfecto para destrozarte. Después tomarán una copa de vino perfecta con tu sangre derramada por tu esfuerzo, pero no importa, porque estás aferrada, enganchada a una luz intermitente al final de tu túnel.

¿Y tú? Intentando hacer pie en un suelo sin fondo, y nos ahogamos.

Nos ahogamos tanto que la realidad nos consume, que los cambios nos agobian y que, aún así, seguimos manteniendo el tipo, con la cabeza pegada al techo, intentando coger aire para poder sostenernos sobre el desastre provocado.

El desastre, el que conformamos con nuestras acciones y pensamientos, el que nos tira para abajo, el que nos aferra a la oscuridad más cruel y a la soledad más abatida.

Eres agua y a la vez tu propio salvavidas, y por si fuera poco, tienes que seguir nadando, aunque no sepas, porque lo que realmente cuesta, es lo que merece la pena.


Mientras tanto, yo sigo andando de puntillas, con mi mochila a cuestas y mi caminito de migas, para que todo siga manteniendo el equilibrio que algún día conseguí. 

lunes, 25 de mayo de 2015

Atracciones fatales

¿Quién no ha sentido nunca atracción fatal?

En algún punto de nuestra vida conocemos a alguien que nos pone los bellos de punta, que nos fusila con una sola mirada y que nos hace volar hasta los más alto de nuestros deseos.

No es deseo, o sí, se trata de una química difícil de explicar con palabras, por el simple hecho de que se siente, tanto que hasta te sientes extraña.

Extraña de no saber como controlarlo. 

Extraña porque resulta un escalofrío tan nuevo que no sabemos cómo arroparlo con nuestra piel.

Los sentidos se encienden, la escarpia de la yema de nuestros dedos arden, el corazón late, tan deprisa que necesitas sujetarlo fuerte cada vez que se acerca, o cada vez que te mira, o cada vez que lo ves llegar.

Y entonces la física, que recorre todo tu cuerpo, explota en un dulce brillo que brota por tus ojos y que muy pocos ven, pero tú lo sientes.

Atracciones fatales lo llaman.

Atracciones complicadas.

Atracciones imposibles.

Y sólo se quedará en eso, en simples atracciones que te despiertan de tu largo letargo en algún momento de tu rutina.

Un círculo del que quieres salir, pero del que no puedes, porque resulta que cada vez que te mira vuelve a encenderse esa química, vuelves a sentir esa sensación nueva y vuelves a caer en la cuenta de que sólo se trata de atracción, solo eso.

Como la droga más dura de la que no te puedes desenganchar.

Como un fumador y su hábito de llevarse un cigarro a la boca.

Como un loco o loca compulsiva por la compra, siempre necesitas volver a caer y consumir, porque crees que te hace bien, porque sabes que nada sería lo mismo.

Porque sabes que te gusta sentirlo.

Porque lo necesitas.

Y vuelves a caer en la cuenta de que no puede ser más que una atracción fatal de la que no te puedes librar... o no te quieres librar.

La pequeña línea que separa el puedes del quieres, del poder al querer.

Porque poder es una cosa, y querer hacerlo es otra muy distinta.


Así son las atracciones fatales.

domingo, 10 de mayo de 2015

Contrapublicidad

Hoy os traigo un post sobre contrapublicidad.

El otro día en clase de Comunicación Alternativa vimos un documental muy interesante sobre ello y me pareció buena idea trasladaros a este concepto.

En primer lugar habrá que empezar por definir qué es eso de contrapublicidad y es que se trata de un término que se refiere a una crítica de la publicidad mediante la alteración de los contenidos de sus mensajes. Esto se conoce como “subvertising” (“subvert” → subvertir; “advertising” → publicidad). Como resultado de este juego de palabras se entiende que la contrapubicidad consiste en subvertir, es decir, trastornar, revolver y destruir la publicidad. La contrapublicidad se apodera de las técnicas publicitarias para invertir los significados de los mensajes comerciales.

Se trata entonces de un movimiento muy heterogéneo, por lo que lo más acertado sería hablar de la evolución de ese movimiento, de sus saltos cualitativos que se han producido desde las pintadas callejeras hasta la casi profesionalización de la actualidad. Así tenemos:

  • Acción en las calles: He aquí donde podemos encontrar en origen de la contrapublicidad a través de la alteración de las vallas publicitarias principalmente. Resulta un espacio idóneo para dar una respuesta comunicativa a la publicidad y dotar de contenido social un espacio privatizado. Tras esos nuevos mensajes se encuentran todo tipo de reivindicaciones sociales o políticas.





  • Arte pop y publicidad: Se dice que el arte pop y la contrapublicidad tienen rasgos en común como la descontextualización y la provocación, pero el arte pop está vacío de compromiso social, su relación con la publicidad fue de admirar por su potencial de transmisión a la sociedad.




  • Años 70-80: la contrapublicidad como activismo urbano: Durante los años 70 hubo una creciente desconfianza con respecto a la publicidad comercial y su invasión en el ámbito público, lo que dio lugar a la creación de grandes grupos de activistas que lucharon por atacar los anuncios de esa publicidad nociva.
  • Años 89-90: impacto de las nuevas tecnologías y culture jamming: en los 90, el auge de Internet impulsó definitivamente a la contrapublicidad. La red se ha convertido por tanto en el soporte ideal para que los colectivos contrapublicitarios puedan compartir fácilmente parodias e ideas y dar difusión a sus trabajos.Las herramientas de diseño gráfico hacen que se trate de una contrapublicidad mejor elaborada estéticamente hablando.

Hoy en día existen numerosos colectivos contrapublicitarios, en un contexto de auge de los movimientos antiglobalización, de las grandes manifestaciones contra el neoliberlasimo. Realizan acciones tan bien planeadas estos colectivos, que siempre consiguen cierta notoriedad en los medios de comunicación, es por ello, que los publicistas observan ahora de manera minuciosa las maniobras del subvertising.

La contrapublicidad se se encuentra ahora en un peldaño más arriba y goza de una profesionalidad y ventajas de innovación increíbles, por lo que resulta bastante atractiva para un mundo que necesita estar en constante renovación.

También os dejo un vídeo sobre la acción de Greenpeace contra Levi's. Lo que denuncian es el uso de sustancias tóxicas en los procesos productivos de la marca.




lunes, 4 de mayo de 2015

El olvido de las cabinas telefónicas

Hoy os traigo la historia de las cabinas telefónicas. Un medio de comunicación obsoleto pero que marcó nuestra adolescencia, al menos la mía.

Cuando aún las tecnologías estaban en crecimiento y no todo el mundo tenía móvil, la única opción que nos quedaba era echar unas monedas en una máquina para poder llamar y comunicarnos, pero ¿cómo surgieron? William Gray y una urgencia médica de su esposa tuvo la respuesta.

Necesitaba contactar con el servicio médico, pero no disponía de servicio telefónico y carecía de teléfono en su hogar, así es que tuvo que buscar la forma de comunicarse en varios establecimientos para efectuar la llamada. Al encontrarse con tanta dificultad para poder realizarla, le hizo pensar en la idea de crear un teléfono público.

Después de varios intentos, en 1889 se instaló el primer teléfono público en un banco de Hartford(Connecticut), y fue tan exitoso el resultado, que se empezaron a instalar en las principales calles de las ciudades.

Víctimas del teléfono móvil, ya casi nadie demanda sus servicios hoy. Hay que echar la mirada hacia atrás en el tiempo de la peseta para saber cuándo fue la última vez que utilizaste una cabina y para imaginarse sin un móvil en el bolsillo. La gente ya no las necesita y su presencia en las calles solo sugiere indiferencia y poca nostalgia.

En nuestro país hay más de 35.000 cabinas callejeras, pero no todas funcionan. Se dice que se analizará la caducidad del Servicio Universal para que dejen de existir para 2016, algo nada beneficioso para Telefónica, pero a la empresa no le queda de otra que ceder por el cumplimiento de la ley.


No hay ninguna empresa que compita con ella en este campo, pero las multitudinarias aperturas de locutorios en las ciudades de grandes densidades de inmigrantes también ha sido un factor negativo para hacerse a la idea de que este medio de comunicación va a desaparecer.